Mejorar la eficiencia de los gobiernos con una prestación de servicios más inteligente

Mejorar la eficiencia de los gobiernos con una prestación de servicios más inteligente

Stefan af Bjur |noviembre 15 2018 8 min

Los gobiernos de todo el mundo se ven presionados para mejorar el rendimiento del sector público y, al mismo tiempo, contener el crecimiento de los gastos, presión que no ha disminuido desde la crisis económica de 2008. Si bien factores como el envejecimiento de la población y el aumento de los costes de la atención sanitaria y de las pensiones se suman a las presiones presupuestarias, los ciudadanos exigen que los gobiernos rindan más cuentas sobre lo que hacen con el dinero de los contribuyentes en la prestación cotidiana de servicios. 

No hay una solución mágica para mejorar la eficiencia 

Cualquiera que forme parte del sector público te dirá que no hay un plan para mejorar la eficiencia del sector público; no existe una solución mágica para hacer frente al reto de hacer más por menos. 

Por eso, los distintos países han adoptado diferentes enfoques para reformar los principales mecanismos institucionales. La lista de las iniciativas que se están llevando a cabo actualmente en todo el mundo es interminable, entre ellas el aumento de las medidas de traspaso de competencias y descentralización; el fortalecimiento de las presiones competitivas; la transformación de la estructura y el tamaño de la plantilla laboral y otros métodos en materia de recursos humanos; la modificación de las prácticas y los procedimientos presupuestarios; y la introducción de enfoques orientados a los resultados en la creación de presupuestos y la gestión. 

Mejorar la eficiencia va más allá del ahorro económico 

El argumento a favor de una mayor eficiencia en el sector público en un momento en que se reducen los gastos y aumenta la presión sobre los servicios es obvio, pero la importancia de la eficiencia va más allá del simple ahorro de dinero. En el fondo, yo diría que se trata de cómo un gobierno, y sus organismos, interactúan con sus ciudadanos en el momento y lugar que a estos les conviene.  

El gasto del gobierno constituye entre el 25 % y más del 50 % del producto interior bruto según el lugar del mundo en el que te encuentres. Las últimas cifras disponibles lo ilustran claramente, ya que Alemania, los Países Bajos, el Reino Unido y Polonia gastan alrededor del 40 al 42 % del PIB en el sector público, aumentando drásticamente a más del 50 % en Italia, Grecia e incluso Finlandia. En comparación, los EE. UU., Rusia y Japón gastan menos del 40%. 

Por tanto, todo esfuerzo por impulsar la productividad de toda la economía debe incluir al sector público y a los servicios públicos. Sin embargo, la productividad es tan solo un aspecto de la eficiencia. 

La eficiencia se refiere a todo el proceso de convertir el dinero público en resultados positivos para los individuos y la sociedad. En otras palabras, no se trata solo de conseguir ahorros administrativos, sino de pensar en cómo el gobierno financia, diseña y presta los servicios básicos. 

Por tanto, mejorar la eficiencia, más que reducir el gasto, significa obtener mejores resultados y un gobierno más eficaz, a la vez que se utiliza el dinero público de la manera más inteligente posible. 

Principales tendencias para mejorar la eficiencia operativa 

Cuando se trata de mejorar la eficiencia operativa en la era de la restricción presupuestaria, los responsables de las políticas del mundo desarrollado piensan en cinco tendencias clave: 

  • Uso de los mercados y la competencia 
  • Rediseño de servicios y mecanismos alternativos de prestación de servicios 
  • Organización e impulsores de la fuerza laboral 
  • Aplicación de la tecnología, los datos y la selección de objetivos
  • Duras restricciones presupuestarias y flexibilidad de gasto 

Sin embargo, no parece haber un solo impulsor o solución clave. La solución mágica aún se nos escapa. La mejora del rendimiento del sector público depende de que se tire de varias palancas simultáneamente. 

La tecnología está impulsando mejoras en la prestación de servicios  

A medida que las poblaciones se disparan y los presupuestos financiados por los impuestos para prestar servicios básicos siguen disminuyendo, las organizaciones del sector público seguirán teniendo cada vez más dificultades para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos.  

No pienses que se trata de un reto a corto plazo, como resultado directo de la crisis económica y sus repercusiones desde hace una década, ya que la presión no hará más que crecer a medida que aumente la población de personas mayores, que normalmente pagan menos impuestos y al mismo tiempo requieren más servicios. En el Reino Unido, por ejemplo, donde la financiación básica para el gobierno local se ha recortado en un 40 % durante la última década, se prevé que el número de personas mayores de 85 años se duplique en los próximos 20 años.  

Uno de los principales impulsores de las mejoras en la prestación de servicios en el sector público es la tecnología, que está cambiando profundamente la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos entre nosotros.  

El paso a las tecnologías digitales significa que las expectativas de los ciudadanos respecto de los servicios gubernamentales basados en la tecnología han aumentado considerablemente en los últimos años. Este cambio en las expectativas, junto con la presión financiera sobre el gobierno para que se transforme y haga más con menos, presenta nuevas oportunidades para obtener mejores resultados para los ciudadanos, las empresas y los propios funcionarios públicos. 

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This article was originally written in English and has been translated into Spanish.

Stefan af Bjur

Stefan af Bjur

Global VP Sales Enablement.

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